Algunos casos graves de COVID-19, incluidos los de personas jóvenes y sanas, podrían estar relacionados con la disfunción de sustancias químicas de señalización inmunológica llamadas interferones tipo 1, según una encuesta de casi 1,000 personas con infección por SARS-CoV-2 potencialmente mortal.
Los interferones de tipo I son cruciales para montar una defensa contra la influenza y otros virus. Jean-Laurent Casanova de la Universidad Rockefeller en la ciudad de Nueva York y sus colegas analizaron el ADN de personas con COVID-19 severo, buscando mutaciones específicas en genes que desencadenan la producción de interferones tipo I. El equipo descubrió que el 3,5% de los participantes del estudio tenían tales mutaciones, lo que les impedía fabricar los químicos de señalización.
En un segundo estudio, de personas gravemente enfermas, Casanova, Paul Bastard de la Universidad de París y sus colegas buscaron autoanticuerpos, anticuerpos que, por razones desconocidas, atacan los propios tejidos y órganos del cuerpo. Los investigadores encontraron que más del 10% de las personas con COVID-19 grave tenían autoanticuerpos dirigidos a la actividad del interferón tipo I, en comparación con el 0,3% de la población general. Los experimentos de laboratorio confirmaron que los autoanticuerpos anulaban la actividad del interferón tipo I.
Los investigadores sugieren que los interferones podrían usarse como terapias para la enfermedad.
Fuente: Nature.