Un nuevo artículo muestra cómo se puede utilizar la ingeniería genética para hacer que las poblaciones de mosquitos que propagan la malaria se autodestruyan. Un esfuerzo de investigación internacional ha demostrado, en el contexto de un experimento de laboratorio, que los mosquitos machos diseñados para transportar una determinada hebra de ADN pueden destruir rápidamente grupos enteros de estos insectos chupadores de sangre. La principal importancia de este experimento es que muestra que la tecnología de impulso genético se puede utilizar incluso en condiciones ambientales adversas, como las del África subsahariana. Esta secuencia de “impulso genético” es esencialmente una mutación dañina que podría resultar una herramienta poderosa contra los portadores de la malaria.
Medidas drásticas
“Nuestro estudio es el primero [que] podría demostrar que la tecnología de impulso genético funciona en condiciones ecológicamente desafiantes”, dice Ruth Muller, entomóloga que dirigió la investigación en PoloGGB, un laboratorio de alta seguridad en Terni, Italia. “Este es el gran avance que logramos con nuestro estudio”.
Si bien este experimento ha sido un éxito, eso no significa que se vaya a utilizar pronto. Para que eso suceda, los autores primero deben demostrar que sus mosquitos editados pueden funcionar en la práctica, es decir, que es seguro liberarlos en la naturaleza. No solo eso, sino que los gobiernos locales y los residentes tendrán que dar su aprobación antes de que se pueda liberar cualquiera de los mosquitos.
Aún así, dicho esto, la malaria sigue siendo una de las enfermedades más preocupantes en la Tierra. Infecta aproximadamente a 200 millones de personas cada año, con un número estimado de muertes anuales de alrededor de 400.000. Esto es a pesar de décadas de esfuerzos coordinados para contenerlo.
Así que los autores decidieron utilizar la técnica de edición de genes CRISPR para hacer que los mosquitos, los portadores del parásito de la malaria, se autodestruyeran. Trabajaron con la especie Anopheles gambiae, que es nativa del África subsahariana. El gen que modificaron se conoce como “doble sexo” y normalmente lo llevan las hembras sanas. La variante modificada, sin embargo, deforma la boca y los órganos reproductores, lo que significa que no pueden morder (y así propagar el parásito) ni poner huevos. Esto se combina con un impulso genético, “efectivamente un tipo egoísta de elemento genético que se propaga en la población de mosquitos”, dice Tony Nolan de la Escuela de Medicina Tropical de Liverpool, quien ayudó a desarrollar y probar los mosquitos.
Debido a los riesgos involucrados en la liberación de estos insectos en ecosistemas reales, los experimentos se llevaron a cabo en pequeñas jaulas en un laboratorio de alta seguridad en un sótano en Londres. Los mosquitos modificados demostraron que pueden destruir poblaciones de insectos no modificados aquí.
Sin embargo, para probarlos en condiciones más naturales, el equipo también construyó un laboratorio especial de alta seguridad en Italia, diseñado específicamente para mantener a los mosquitos adentro. Aquí, decenas de mosquitos editados genéticamente fueron liberados en jaulas muy grandes que contenían cientos de mosquitos. mosquitos naturales. La temperatura, la humedad y el momento del amanecer y el atardecer imitaban el medio ambiente en el África subsahariana. En menos de un año, informan los autores, la población de mosquitos inalterados prácticamente desapareció. Ambos pasos se llevaron a cabo lejos del área de distribución natural de los insectos como un seguro adicional en caso de que alguno de ellos se escapara.
Si tal enfoque se utilizará alguna vez en entornos de la vida real es todavía un tema de mucho debate. Aun así, el estudio muestra un posible enfoque y sugiere firmemente que también funcionaría en la naturaleza. También es un testimonio de lo lejos que ha llegado la tecnología de edición de genes, que potencialmente podríamos hacer que una de las especies más amenazadoras (para nosotros) en este momento se destruya efectivamente a sí misma.
El artículo Supresión por impulso genético de las poblaciones de mosquitos en jaulas grandes como puente entre el laboratorio y el campo se ha publicado en la revista Nature Communications.
Fuente: ZME Science.