La gente de Mariupol ha sufrido inimaginablemente en los últimos meses, pero lamentablemente su sufrimiento está lejos de terminar. El alcalde de la ciudad dijo que después de meses de asedio y ataques rusos, el agua potable ahora está contaminada con cadáveres y basura, lo que aumenta la amenaza del cólera, una enfermedad bacteriana que generalmente se propaga a través del agua contaminada.
Hace cuatro meses, Mariupol era una próspera ciudad portuaria normal en Ucrania. Entonces, Rusia atacó. El ejército ruso la consideró un punto estratégicamente importante para su invasión de Ucrania y durante semanas y meses la bombardearon y asediaron. La mayor parte de la ciudad, que tenía 430.000 habitantes antes del ataque, quedó reducida a escombros. Según las autoridades ucranianas, alrededor del 95% de la ciudad fue destruida por los bombardeos rusos. Unas 150.000 personas permanecen en la ciudad ahora, y los funcionarios de la ciudad afirman que más de 21.000 civiles murieron. Para las personas que sobrevivieron en Mariupol, es una crisis humanitaria tras otra.
La Cruz Roja describió la situación como “apocalíptica” y, a medida que las fuerzas rusas tomaron gradualmente el control de la ciudad, las cosas empeoraron. En marzo, Petro Andryushchenko, asesor del alcalde de Mariupol, informó que la gente estaba “bebiendo de los charcos en las calles” debido a la pérdida de agua corriente en la ciudad. La gente de Mariupol suele cocinar con fuego fuera de los bloques de apartamentos, y gran parte de la ciudad no tiene acceso a agua potable.
Es difícil decir qué tan mala es la situación en la ciudad ahora porque las fuerzas rusas impiden la comunicación desde Mariupol, pero los residentes han dicho a los medios que los cadáveres y los escombros ensucian las calles. Según un informe de la Organización Mundial de la Salud, la falta de agua potable y la destrucción de los sistemas de saneamiento pueden allanar el camino para que surjan enfermedades infecciosas en Mariupol, incluido el cólera. Ucrania fue el último país europeo en declarar una epidemia de cólera, con 33 casos en 2011 en Mariupol, lo que tiene a los médicos preocupados por un nuevo brote de cólera. El mes pasado, Dorit Nitzan, directora de incidentes de la OMS en Ucrania, dijo que Mariupol ahora tiene “pantanos reales en las calles” y que las aguas residuales se mezclan con el agua potable. Sin agua, la gente se ha acostumbrado a beber agua de ríos y lagos. “Este es un gran peligro para muchas infecciones, incluido el cólera”, dijo. Las fuerzas rusas no permiten el acceso de la OMS u otras organizaciones internacionales para monitorear y ayudar en la situación.
La situación se amplifica aún más por la situación en los hospitales de Mariupol, que según Andriushchenko es “catastrófica”. “Demostración visual de parálisis total y colapso del [sistema] médico… En este estado de la medicina, cualquier enfermedad infecciosa se convierte en una epidemia mortal”, dijo el alcalde en su canal oficial de Telegram.
Los bombardeos, asedio y destrucción indiscriminados han llevado a Mariupol al desastre, y ahora, las enfermedades infecciosas están al alcance de la mano. Lo último que necesita Ucrania es una enfermedad infecciosa. Con suerte, no sucede.
Fuente: ZME Science.