Más de 140.000 especies de virus viven en el intestino, la mayoría desconocidas

Salud y medicina

Más de la mitad de ellos nunca antes se habían visto. La cantidad y variedad de virus en el ser humano fue una gran sorpresa para los investigadores, quienes creen que el hallazgo conducirá a nuevas investigaciones para comprender cómo los virus que viven en el intestino afectan la salud humana.

Nunca estás solo. Nuestros cuerpos albergan cientos de miles de bacterias, virus, hongos y parásitos que viven (en su mayor parte) en armonía unos con otros, lo que ayuda al cuerpo a estar sano a cambio de la comida y el refugio que proporciona. En conjunto, todos los microorganismos dentro del cuerpo humano se conocen como microbioma, la mayoría de los cuales se encuentra en el tracto gastrointestinal.

La microbiota ha coevolucionado durante millones de años para ayudar a moldear e influir en el desarrollo humano y, en particular, en las defensas inmunitarias. Sus funciones son múltiples, defendiendo contra microorganismos dañinos, degradando compuestos tóxicos y enseñando al sistema inmunológico a distinguir amigos de enemigos. También ayuda con la nutrición, por ejemplo, digerir los alimentos que los humanos no pueden digerir por sí mismos.

Varios estudios han analizado la microbiota a lo largo de los años, lo que sugiere que juega un papel importante en nuestra salud. El año pasado, investigadores de la Universidad Estatal de Carolina del Norte descubrieron que el microbioma pudo haber desempeñado un papel fundamental en la búsqueda de nuestros antepasados ​​por extenderse por el mundo, lo que les permitió sobrevivir en nuevas áreas geográficas.

Ahora, un grupo de investigadores del Instituto Wellcome Sanger y del Instituto Europeo de Bioinformática de EMBL (EMBL-EBI) utilizó un método de secuenciación de ADN para explorar más de 28.000 muestras de microbioma intestinal recolectadas en diferentes partes del mundo. El análisis les llevó a identificar más de 140.000 especies virales que viven en el intestino humano, un número mucho mayor de lo que esperaban. Quizás lo más importante es que nunca antes se había visto la mitad de los virus.

“La mayoría de los virus que encontramos tienen ADN como material genético, que es diferente de los patógenos que la mayoría de la gente conoce, como el SARS-CoV-2 o el Zika, que son virus de ARN”, Alexandre Almeida, coautor del estudio, dijo en un comunicado. “Estas muestras provinieron principalmente de personas sanas que no compartían ninguna enfermedad específica. Es fascinante ver cuántas especies desconocidas viven en nuestro intestino”.

Entre una gran cantidad de virus, los investigadores identificaron un clado altamente prevalente: un grupo de virus que se cree que tienen un ancestro común y que en el estudio se denominan Gubaphage. Se descubrió que este es el segundo grupo de virus más prevalente en el intestino humano, después del crAssphage, que se descubrió en 2014. Ambos parecen infectar tipos similares de bacterias intestinales, dijeron los investigadores.

Luis F. Camarillo-Guerrero, primer autor del estudio, destacó el “riguroso control de calidad” realizado en el estudio así como el enfoque de aprendizaje automático, que permite mitigar la contaminación y obtener genomas virales “altamente completos”. Estos, dijo el investigador, ayudarán a comprender mejor el papel que juegan los virus en el microbioma e incluso conducirán a posibles nuevos tratamientos.

Utilizando los resultados del estudio, los investigadores crearon la Base de datos de fagos intestinales (GPD), una base de datos altamente curada que tiene 142,809 genomas de fagos no redundantes. Creen que el GPD será un recurso valioso para otros investigadores que estudian los bacteriófagos y el papel que desempeñan en la regulación de la salud tanto de nuestras bacterias intestinales como de nosotros mismos.

“Tener una base de datos completa de genomas de fagos de alta calidad allana el camino para una multitud de análisis del viroma del intestino humano con una resolución muy mejorada, lo que permite la asociación de clados virales específicos con fenotipos de microbioma distintos. Es importante destacar que GPD proporciona un modelo para guiar los experimentos funcionales y fenotípicos del fageoma intestinal humano”, escribieron los investigadores en el estudio.

Fuente: ZME Science.

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