Si alguna vez te encuentras con una araña rey babuino (Pelinobius muticus), que vive principalmente en Tanzania y Kenia, mantén la distancia: su picadura y el veneno asociado no son fatales, pero producen mucho dolor y picazón que pueden durar días. Los científicos creen haber descubierto por qué el veneno de la araña es tan potente. Sus hallazgos no solo podrían ayudar en el desarrollo de tratamientos para las picaduras de araña, sino que también podrían ayudar a comprender por qué los humanos sienten dolor crónico y qué podemos hacer al respecto.
El equipo de investigación llevó a cabo un análisis detallado del veneno, descomponiéndolo en sus partes individuales como si se estuvieran dividiendo los ingredientes de un cóctel. Encontraron un péptido llamado Pm1a, conocido por gestionar las respuestas en un grupo de neuronas sensoriales llamado ganglio de la raíz dorsal.
Pm1a juega un papel en el cerebro sintiendo dolor a través del sistema nervioso central y, en este caso, parece estar causando que las neuronas del dolor sigan disparando una y otra vez, lo que lleva a la intensa reacción de una picadura de araña. Las pruebas en ratones con una versión sintetizada de Pm1a confirmaron que producía hiperexcitabilidad en las células nerviosas a través de tres canales (sodio, potasio y calcio) que ayudan a las neuronas a manejar las respuestas a los estímulos externos, como el dolor.
“En resumen, mostramos aquí que un solo péptido de veneno puede modular tres determinantes principales de la excitabilidad neuronal”, escriben los investigadores en su artículo publicado.
“La modulación coordinada de los canales de iones inhibidores y excitadores involucrados en la propagación del dolor puede representar una estrategia de defensa económica y efectiva en los venenos defensivos que inducen dolor”.
La presencia de Pm1a provocó una mayor sensibilidad al dolor en los ratones a través de la activación repetida de las neuronas que registran el dolor, hallazgos respaldados por un modelo matemático del péptido sintético que los investigadores elaboraron, que muestra cómo interactúa con las células nerviosas. Esta hiperexcitabilidad mostrada en los ratones coincide estrechamente con la hiperexcitabilidad observada en algunas personas con ciertos tipos de problemas de dolor crónico, señalan los investigadores, lo que significa que esta podría ser una vía prometedora para explorar cuando se trata de tratar el daño nervioso. Si bien hay mucho más para explorar aquí cuando se trata de los detalles precisos de cómo P1ma interactúa con otros mecanismos y sustancias químicas en el cuerpo, ahora sabemos mucho más sobre lo que hace que la mordedura de la araña rey babuino sea tan dolorosa, y como suele ser el caso, descubrir más sobre nuestra propia biología podría conducir a una mejor salud.
“Los estudios detallados dirigidos a determinar las interacciones moleculares específicas de Pm1a con sus muchos objetivos pueden informar el desarrollo de análogos farmacológicos que podrían disminuir la excitabilidad específicamente en las neuronas del dolor”, dijeron los investigadores a Inverse.
La investigación ha sido publicada en PNAS.
Fuente: Science Alert.