El amor por la naturaleza es parcialmente por herencia, según estudio

Medio ambiente

La apreciación de la naturaleza por parte de una persona y su tendencia a visitar espacios naturales son características hereditarias, según un estudio a gran escala de gemelos del Reino Unido dirigido por Chia-chen Chang en la Universidad Nacional de Singapur, publicado el 3 de febrero en la revista de acceso abierto PLOS Biology. Los investigadores encuestaron a 1153 pares de gemelos en el registro TwinsUK sobre cómo experimentan la naturaleza, pidiéndoles que calificaran su familiaridad y deseo de estar en la naturaleza, y con qué frecuencia visitan espacios naturales como parques públicos y jardines privados.

Descubrieron que los gemelos idénticos (monocigóticos), que comparten casi el 100% de sus genes, eran más similares entre sí en su orientación hacia la naturaleza y en la frecuencia con la que visitaban la naturaleza en comparación con los gemelos fraternos (dicigóticos), que comparten alrededor del 50% de sus genes. La heredabilidad osciló entre el 46 % para la orientación a la naturaleza y el 34% para la frecuencia de las visitas al jardín, lo que sugiere una influencia moderada de la genética sobre cómo las personas experimentan la naturaleza. Sin embargo, los factores ambientales explicaron más de la mitad de las diferencias entre individuos. Las personas que viven en entornos urbanos tendían a tener menos experiencias con la naturaleza debido, por ejemplo, al acceso limitado a los jardines, lo que destaca la importancia de la disponibilidad en la formación de comportamientos de búsqueda de la naturaleza. La heredabilidad también disminuyó con la edad, lo que sugiere que la genética puede volverse menos influyente a medida que las personas envejecen y experimentan un conjunto único de condiciones ambientales.

Se ha descubierto que pasar tiempo en espacios naturales mejora el bienestar mental, pero diferentes personas experimentan y se benefician de la naturaleza de manera diferente. Este estudio proporciona la primera evidencia de un componente genético tanto en nuestras predisposiciones hacia la naturaleza como en nuestra tendencia a visitar espacios naturales. Las personas orientadas a la naturaleza pueden buscar activamente la naturaleza incluso si eso significa viajar desde su hogar, pero se necesita una planificación urbana diversa para brindar acceso a los espacios naturales, y los beneficios que ofrecen, para todos, dicen los autores.

“Pasar tiempo en la naturaleza se relaciona con una mejor salud y bienestar”, agrega Chang. “Un estudio de gemelos muestra que el deseo de una persona de estar en la naturaleza y la frecuencia con la que lo experimenta están influenciados tanto por los genes como por las experiencias personales”.

Fuente: Medical Xpress.

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