Un nuevo estudio que analiza varios tratamientos diferentes para la migraña ha descubierto que, después de todo, un medicamento de primera línea recetado comúnmente para ayudar a prevenir la aparición de la migraña podría no ser la opción óptima. De las que resultaron ser mejores opciones, muchas de las opciones más baratas fueron tan efectivas como los productos farmacéuticos más caros.
Si bien ahora hay muchos preventivos disponibles, encontrar el adecuado para cada persona es un desafío. Para observar más de cerca la efectividad relativa, el equipo de investigación examinó datos de la base de datos nacional de recetas de Noruega, que involucraban a 104,072 personas en total. Los tratamientos preventivos (para reducir la cantidad y la gravedad de las migrañas) se evaluaron en función de cuánto tiempo las personas los siguieron y con qué frecuencia se usaron junto con tratamientos agudos (que están diseñados para ayudar después de que comenzaron las migrañas).
“Cuando la retirada de los medicamentos para la migraña aguda cambió poco después de comenzar con los medicamentos preventivos, o las personas dejaron de tomarlos rápidamente, se interpretó que la medicina preventiva tenía poco efecto”, dice la neuróloga Marte-Helene Bjørk, de la Universidad de Bergen en Noruega.
“Si la medicina preventiva se utilizó durante períodos prolongados e ininterrumpidos y vimos una disminución en el consumo de medicamentos agudos, interpretamos que la medicina preventiva tenía un buen efecto”.
Los investigadores encontraron que todos los tratamientos preventivos eran algo efectivos para reducir la frecuencia, duración e intensidad de las migrañas, pero que los inhibidores de CGRP, la amitriptilina y la simvastatina parecían tener el mayor efecto positivo. Los tres fármacos superaron a los betabloqueantes, que son los fármacos habituales para la prevención de la migraña. Los inhibidores de CGRP se dirigen al péptido relacionado con el gen de la calcitonina, que se ha relacionado con la inflamación en el cerebro y, a diferencia de los otros dos medicamentos, se han desarrollado específicamente para combatir las migrañas. Sin embargo, los inhibidores de CGRP son significativamente más caros que las otras dos opciones, y esa es una consideración importante cuando se trata de esfuerzos continuos para lograr que más pacientes con migraña tomen medicamentos preventivos.
Las migrañas son más que simples dolores de cabeza intensos y, a menudo, van acompañadas de sensación de náuseas, así como de una mayor sensibilidad a la luz y el sonido. Pueden ser genuinamente debilitantes, tienden a ser más comunes en las mujeres y se cree que afectan a casi mil millones de personas en todo el mundo.
Es un problema importante, pero sólo entre el 3% y el 13% de las personas que experimentan migrañas toman algún tipo de medicamento para intentar reducirlas de alguna manera. Los investigadores esperan que su revisión exhaustiva ayude a marcar la diferencia en esas cifras.
“Nuestro análisis muestra que algunos medicamentos establecidos y más baratos pueden tener un efecto terapéutico similar al de los más caros”, afirma Bjørk.
La investigación ha sido publicada en la European Journal of Neurology.
Fuente: Science Alert.
